hace cuatro o cinco años me diagnosticaron con trastorno depresivo persistente, mayor conocido como distimia. ¿En qué consiste? básicamente es depresión crónica, tal como el nombre lo dice, persistente; y lo primero que pensé cuando me explicaron esto: I’m so fucked.
Me ha tomado múltiples terapeutas y psiquiatras, varios intentos fallidos con el fin de encontrar la dosis perfecta (spoiler: no estaba en sus caderas) para mi medicación y casi cinco años para aceptar la condición y dejar de pensar que mi vida está jodida para siempre.
El último año ha sido de muchísimo aprendizaje, principalmente entender mi diagnóstico y hallar su lugar en mi vida, así como las señales de cuando un episodio depresivo está por comenzar y obviamente los métodos para disminuir la intensidad y/o periodo de éstos.
No soy experta, así que sólo puedo hablar desde mi experiencia, pero como casi todo, tiene sus cosas buenas (no realmente), malas y feas.
Lo bueno: Ya puedo ver la señales de cuando las cosas se están poniendo feas.
Lo malo: El 90% del tiempo siento una gran apatía la cual me lleva a que me valga madres las redflags y me hunda aún más.
Lo feo: Se me dijo, se me advirtió. Los medicamentos ayudan muchísimo, pero qué pasa cuando te confías y olvidas tomarlos un día y dos días después te saltas de nuevo la medicación porque vas a ir a una peda… Poco a poco la apatía toma el control y pues… «Para qué tomo las meds si voy a tener esto por el resto de mi vida…?»
Y así es como pierdes una batalla en la eterna guerra de la salud mental.
¿Pau, acaso estás diciendo que todo el tiempo estás deprimida?
Sí y no.
La respuesta no es tan sencilla. Sí, todo el tiempo tengo diversos síntomas depresivos, pero en una intensidad muy baja. Nada que no me permita ser funcional, obviamente los medicamentos me ayudan bastante principalmente a mejorar mi humor y a disminuir la intensidad de los episodios distímicos, esos sí me dejan tirada en cama sin ganas de vivir, pensando en mil cosas horribles.
Como todo en la salud mental no es sencillo, pero tampoco imposible. Sí, me tomó casi 5 años aceptar, entender un poco el trastorno y finalmente externarlo aquí, mi safe space.
